Las VILLAS MARINERAS transcurren desde las Rías Baixas a la costa de Cantabria atravesando tres comunidades autónomas: Galicia, Asturias y Cantabria. Encontramos grandes y pequeños municipios llenos de tradición y cultura siempre vinculadas al mar, inseparable compañero de viaje a lo largo de un litoral generoso y plagado de Historia e historias.
Cualquier temporada del año es buena para disfrutar de estas cuatro villas, uno se asombra con sus luces cambiantes, el matiz que toman los colores de sus impresionantes cielos y el brillo del sol, y sentir como el mar nos abraza a medida que las vamos recorriendo.
El olor a mar nos impregna en todo momento y será la primera sensación que notemos en estas Villas Marineras cuando empecemos a conocer su cultura y tradiciones.
Las buenas experiencias de los viajeros pueden comenzar en cada uno de sus puertos pesqueros. Con paciencia, y suma atención, podremos experimentar en primera persona cómo transcurre el día a día en una villa marinera: el movimiento y actividad que tiene lugar en los barcos que salen a faenar y a final del día regresan a puerto con sus capturas, como las subasta de los pescados y mariscos que tienen lugar en las lonjas o la destreza de las famosas mujeres rederas que se encargan de arreglar las artes en los muelles.
El oficio en el mar a pesar de ser sacrificado enamorarán a cualquiera que observe estas tareas y en estas localidades es posible ver aún la actividad de las mariscadoras, los marineros y pescadores a lo largo de la costa Cántabra, o los Faros con los pocos fareros que quedan y trabajadores de cetárea, entre otros.
En todo el destino VILLAS MARINERAS, las embarcaciones tradicionales y los diferentes artes de pesca son un gran atractivo para los turistas, que tienen a su disposición un sinfín de recursos.
Existen hoy todavía instalaciones marineras, muchas de ellas se pueden visitar, que son el símbolo de tiempos pasados, como las cetáreas de Baiona, Ribadesella o San Vicente de la Barquera, las fábricas que se dedican a las conservas en Cantabria o los antiguos tendederos de redes en Llanes.
UNA PARADA OBLIGATORIA SON LAS LONJAS Y MERCADOS DE ABASTOS
Asimismo, hay museos y centros de interpretación como la Casa de la Navegación de Baiona, el Museo del Castillo del Rey de San Vicente o los Centros de Interpretación del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y del Parque Natural de Oyambre en el Faro Punta de la Silla.
Puede participar en jornadas gastronómicas en estas instalaciones mediante visitas guiadas, se trata de una experiencia única en la que poder degustar los productos más frescos salidos del mar.
Los cascos históricos son también un ejemplo de tradición, repletos de historias y leyendas, con construcciones muy peculiares y declarados muchos de ellos Bienes de Interés Cultural. En estos lugares el viajero encontrará alojamientos, bares, restaurantes, tabernas…, en los que poder impregnarse más de esa experiencia marinera, degustando exquisitos platos de pescados y mariscos o bebiendo sidra en la costa cantábrica y vino Albariño de la D.O. Rías Baixas en Galicia.
En un paseo por estos cascos antiguos se podrán conocer monasterios, capillas e iglesias, castillos, fuertes, cruceros, hórreos, puentes, molinos… Los recursos arquitectónicos y etnográficos son incalculables en estos lugares, por los que también pasa el Camino de Santiago.
Y los faros, sin duda uno los reclamos más atractivos para cualquier turista, construcciones antiguas y hermosas que servían y sirven de guía a navegantes por las noches y situados en lugares de la costa de gran belleza.
Todas las VILLAS MARINERAS cuentan con estas instalaciones, en algunas de las cuales todavía
residen fareros.
UN SINFÍN DE FIESTAS Y CELEBRACIONES LIGADAS AL MAR
Lo que también sorprenderá al visitante será la cantidad de fiestas y celebraciones ligadas al mar en las que podrá participar: Citas religiosas con procesiones marítimas como la de Nuestra Señora la Virgen de Guía en Ribadesella, la Fiesta de la Folía en San Vicente de la Barquera, la Salea de Santa Ana en LLanes, la Fiesta de la Virgen del Carmen en Laredo o Baiona, o la Procesión Marítima de la Virgen del Puerto en Santoña.
Celebraciones históricas como la Arribada de Baiona, que conmemora la llegada de la carabela Pinta a esta villa con la noticia de Descubrimiento de América, o El Desembarco de Carlos Y en Laredo; eventos gastronómicos ensalzando el mozucu, la anchoa, el bonito…, o las celebraciones de Semana Santa, entre muchas otras.
El entorno de las Villas Marineras
Las fabulosas condiciones orográficas de las Rías Baixas y de la costa cantábrica permiten pescar y llevar a cabo prácticas deportivas y náuticas durante casi todo el año.
Todas las VILLAS MARINERAS cuentan con puertos deportivos, todos ellos en los centros de los municipios y con todos los servicios necesarios.
La naturaleza ha sido generosa con las VILLAS MARINERAS, que ofrecen a todo aquel que las visita un sinfín de paisajes únicos en los que perderse, muchos de ellos protegidos, con costas rocosas y playas de arena fina bañadas por el mar Cantábrico o el océano Atlántico.
Todas estas villas forman parte de la marca España Verde, que conforma a las comunidades del Norte por su identidad paisajística apostando por el turismo de naturaleza.
Un primer consejo para el turista o viajero es que recorra estas villas con paciencia y abriendo sus sentidos para gozar y disfrutar de ellas, con el mar como protagonista que no nos abandonará en este viaje.
El respeto al medio ambiente y la sostenibilidad es lo que se busca como objetivo principal para estos municipios y durante este viaje veremos como cuentan con espacios naturales protegidos, como Lugares de Importancia Comunitaria (LIC).
Son Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA) y Zonas de Especial Conservación (ZEC). Como Las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel en Laredo y Santoña, y la Ría de Ribadesella-Ría de Tinamayor.
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