Federico de Velasco, fue benefactor e hijo predilecto de la villa de Laredo, fundó las Escuelas del Doctor Velasco donde se encuentra lo que es hoy la Casa de Cultura y también fundó un gran colegio para niños con escasos recursos.
El Doctor Federico de Velasco nació el 18 de julio del año 1859 en la villa de Laredo bajo el nombre de Federico Manuel Miguel de Velasco como así podemos ver en su partida de nacimiento. D. Maximino Basoa Ojeda nos habla del lugar exacto donde fue su nacimiento: en el segundo piso de una casa que al este linda con las huertas de la fábrica de pescados de D. Bernardino Ojeda.
El padre de este notable cirujano, Manuel Velasco, era un pintor natural con origen en el municipio de Carrasquedo y su madre, Rosa Barañano, era de Laredo. A los trece años, los padres de Federico de Velasco costearon los gastos para emprender su viaje por el Atlántico hacia el continente Americano, en esta travesía estuvo acompañado de su hermano Aquilino.
Los dos llegaron a Montevideo y allí comenzaron a trabajar como dependientes de comercio. Federico de Velasco estudió y se graduó en Bachiller en Montevideo y posteriormente ingresó en la Facultad de Medicina y Cirugía, en la que ocupó un distinguido cargo en el cuerpo médico uruguayo.
El Doctor Federico de Velasco Barañano fundó en el año 1910 un gran colegio para los niños más pobres del municipio. En esta edificación y mobiliario invirtió la cantidad setenta mil pesos de oro. También traslado a España el capital necesario para el mantenimiento del centro. El lugar elegido para la cesión del terreno donde se ubicaría el colegio era conocido como la Alameda de Cervantes.
El compromiso para llevar a cabo esta importante obra recayó en otro laredano, Joaquín de Rucoba y Octavio de Toledo, que construyó otros edificios muy relevantes como la plaza de toros de la Malagueta en Málaga el 16 de junio de 1874, el Teatro Arriaga de Bilbao que Fue inaugurado el 31 de mayo de 1890, o el Convento de las Salesas de Santander.
Su nacimiento tuvo lugar en la Rúa del Espíritu Santo, en pleno corazón de la Puebla Vieja de Laredo, donde pasó sus años más jóvenes. El entonces niño Federico, vivía en un panorama poco halagüeño, donde existía pobreza, hambre y miseria, algo habitual en esos años y de los que se padecía en aquella época en la villa. Este hecho fue el que marcará para en el futuro aspirar a colaborar en mejorar esta situación que vivía en su comunidad social y educativa por las gentes más desfavorecidas.
Como tantos emigrantes españoles, conocidos como ‘indianos’ que apostaron por América para conseguir su fortuna y con ella posibilitar la mejoría y aportar parte de su fortuna en mejorar la vida en su pueblo natal y hacer partícipe de ella a sus paisanos.